Las relaciones entre animales son tan diversas como las nuestras: hay vínculos que fluyen desde el primer día y otros que necesitan tiempo, paciencia y algunas estrategias para funcionar. Ya sea que estés pensando en adoptar un nuevo integrante o que ya convivan en casa dos o más peluditos, esta nota es para vos.

 

Primero lo primero: van a haber celos. Y aunque no sea exactamente igual a como lo vivimos los humanos, muchos animales pueden experimentar una especie de "competencia" por la atención, los recursos y los espacios. No es raro que un perro se interponga entre vos y otro perro cuando lo acariciás, o que un gato muestre actitudes más territoriales cuando llega un nuevo compañero. La buena noticia: se puede trabajar.

 

El paso más importante: conocerse

 

La forma en la que se conocen es clave. Si vas a sumar un nuevo animal a la familia:

  • Hacelo de a poco: primero conociéndose por el olfato, en espacios controlados y con tiempo.
  • Evitá forzar interacciones: si alguno se muestra incómodo, lo mejor es dar espacio.
  • Supervisá los primeros encuentros y celebrá los buenos comportamientos con snacks o caricias.

Cada uno con lo suyo

 

Una de las mejores maneras de prevenir conflictos es asegurarse de que cada bichi disponga de sus propios juguetes, su propia camita y, en lo posible, comedero y bebedero. Dar a cada uno lo suyo no sólo ayuda a que todos se manejen mejor por su cuenta, sino que también evita roces innecesarios por tener que compartir cosas escasas.

 

Cuando cada integrante tiene lo que necesita para hacer su parte o para sentirse incluido, todo fluye mejor: se fomenta la buena onda, el respeto y se resuelven las diferencias con más calma. Así, se crea un ambiente más tranquilo y productivo, donde los problemas se desactivan antes de que aparezcan.

Esto no significa que no puedan compartir, pero al principio es mejor evitar peleas por objetos o territorios. En el caso de los gatos, además, puede ser útil contar con varios rascadores o espacios verticales para que cada uno tenga su lugar de escape.

 

Tips para que tus mascotas se lleven bien

 

Muy importante: hacer tiempo para todos

 

En casas con más de un bichi, repartir el cariño no siempre es tan fácil como parece. A veces, sin darnos cuenta, prestamos más atención a uno que a otro, y eso puede generar celos o comportamientos que buscan llamar la atención (y no siempre de la mejor manera). Por eso, dedicar un rato exclusivo para jugar, mimar o simplemente estar con cada uno ayuda muchísimo. Esos momentos individuales refuerzan el vínculo y bajan tensiones. Que cada uno se sienta querido y visto hace toda la diferencia.

 

¿Qué pasa si no se llevan bien?

 

Algunas tensiones entre mascotas pueden aparecer, sobre todo si comparten espacios, juguetes o nuestra atención. Un poco de gruñido o marcación de límites puede ser parte de su comunicación. Pero si las peleas se vuelven frecuentes, intensas o aparecen mordidas, es señal de que algo no está funcionando bien. En esos casos, lo mejor es consultar con un profesional del comportamiento animal. Un adiestrador va a poder leer mejor el lenguaje de tus bichis, detectar qué está generando el conflicto y ayudarte con herramientas concretas para mejorar la convivencia.

 

Tiempo, paciencia y mucho amor

 

Cada vínculo se construye, y el de tus mascotas también. Con un poco de planificación, atención a sus señales y acompañamiento si hace falta, es muy probable que logres una convivencia en armonía. Y sí, quizás sigan peleando a veces, pero también van a compartir siestas al sol, juegos en equipo y esa complicidad que solo tienen quienes se eligen todos los días.